APRENDER A LEER

De todos los aprendizajes que realiza una persona a lo largo de su vida, la lectoescritura resulta uno de los más importantes. Puede incluso compararse con otros hitos en el desarrollo como el aprender a caminar o a hablar. Para un niño, resulta un gran paso hacia su autonomía. Durante mucho tiempo, aprender a leer temprano se interpretaba como indicio de superdotación.

De forma innata, se genera en cada uno de nosotros la curiosidad por saber qué dicen las letras. Inventamos palabras, interpretamos logotipos, preguntamos a los mayores “qué pone ahí”… Una de las mejores sensaciones es poder ponerle tu nombre a un dibujo. O dedicarlo: “PARA PAPÁ”.

Sin embargo, el inicio de este camino también puede resultar algo altamente ansiógeno; es el primer aprendizaje formal al que nos enfrentamos. Va automáticamente ligado al hecho de empezar el cole. Pasamos de estar en el sofá de casa jugando de forma libre a sentarnos en un pupitre, seguir una serie de reglas, recibir ciertas exigencias (siéntate bien, no te salgas del papel, sigue esta línea…).

Es importante procurar que el niño no coja manía a una actividad de semejante calibre y que va a acompañarle en todo el camino de su vida intelectual y académica.
Un mal aprendizaje de la lectoescritura puede conllevar serias dificultades en el aprendizaje de muchos otros conocimientos. Cualquier materia escolar va acompañada de textos, enunciados, instrucciones por escrito. La lectura es fundamental para resolver matemáticas, entender la historia o distinguir dórico de jónico.

Una lectura lenta, poco fluida o poco comprensiva, pueden convertir esta tarea en algo desagradable y pesado. Además, para muchos escolares, la tarea de leer en voz alta para otros compañeros puede generarles ansiedad y evitación. Por ejemplo, no levantar la mano para leer un ejercicio aunque se sepa la respuesta es algo realmente molesto.

Teniendo en cuenta que la lectura será algo inevitable en el día a día (especialmente en el día a día escolar), bien merece la pena lograr convertir estas sensaciones en otras mucho más positivas. Algunas pautas en las que podemos apoyarnos los padres y docentes para motivar a los aprendices en lectoescritura son las siguientes:

• Pragmática. Que el aprendiz sienta que es un aprendizaje aplicable, útil. La lectura tiene la ventaja de ser algo muy provechoso desde el principio, al contrario que otros conocimientos, como las raíces cuadradas o las derivadas, que tardaremos en llegar a aplicar.

• Modelaje. Presentar la lectura como algo atractivo y que disfrutan las figuras de referencia del aprendiz. Que el niño perciba que sus padres, amigos y profesores leen habitualmente, de forma natural, sin obligación de hacerlo y disfrutando de ello.

• Disfrute. Que sientan que se trata de una actividad de ocio más. Que el libro equivale a un rato de juego, que puede sustituir a una tarde de tele, que la lectura puede emocionarnos y hacernos reir.

• El libro en sí mismo. Vender el libro como un formato insustituible: no consume, no necesita electricidad ni pilas, puede leerse a la luz de una vela, de pie o sentado, en casa o en el bus; no se rompe si se cae, no pasa de moda ni depende de temporadas del año. Podemos llevarnos nuestro libro de viaje, llevarlo al cole y prestárselo a un amigo.

• Comunicación. Presentar la lectoescritura como una forma de comunicación: escribir cartas (o mensajes de texto en móvil), dejar una nota a mamá: “he bajado al parque. PD: La comida estaba riquísima”, anotar recados en una agenda.
• Personalizable. Existen cuentos de toooodas las cosas. Ofrezcamos a cada niño las lecturas que más le interesen: sobre animales, sobre robots o sobre princesas. Que sienta que ese libro está hecho para él.

• La lectura fuera de los libros: subtítulos en cine, recetas de cocina, marcas de productos, instrucciones de un juego, blogs de internet… la lectura va a ayudarnos en montones de cosas! Podemos aprovechar cualquier actividad para practicar nuestra lectura.

Por ello, invitamos a que aprender a leer sea algo cómodo, agradable y placentero. Porque leer puede llevarnos a donde queramos. Porque los libros también pueden ser juego. Por ello, y por los peques, hagamos de este aprendizaje algo bonito!

La lectura para aprender, viajar a través del libro, soñarse dentro de un cuento.
Lean, viajen, sueñen.

 

Olga Trillo Lodeiro.

Comments 4

    1. Luar

      Hola, Manuel!
      En primer lugar, muchas gracias por tu interés al consultarnos!!
      Acerca de la lectura, como cualquier actividad que exija algún esfuerzo cognitivo, habrá que empezar a incentivarla a través de la MOTIVACIÓN. Por suerte, la lectura puede darse en muchísimos formatos y tratar infinitos temas. Es muy importante adecuar la actividad de leer al propio lector: que escoja el lugar y momento que le resulten adecuados (antes de dormir, en vacaciones, en la piscina; por la mañana o por la tarde…), que seleccione el tema sobre el que le interese leer (aventuras, historia, biografías, novela, idiomas, deportes…) y que pruebe todos los formatos a su alcance hasta que dé con el que prefiera (libros de bolsillo, enciclopedias, eBook…).
      Muchas veces, el retomar la lectura después de largo tiempo puede resultar pesado y desmotivador. No hay necesidad de tener prisa ni hay que obligarse a terminar un libro inmenso. Basta con hacer de la lectura algo agradable y de interés para su protagonista. A fin de cuentas, simplemente leer la etiqueta de un bote de champú supone un ejercicio de lectura y una muestra de interés en conocer. Si el formato de libro no resulta atractivo para el lector, habrá que acercarle a otros recursos como los blogs, las revistas o los periódicos.

      Esperamos haber respondido a tu pregunta y quedamos a tu disposición para cualquier otra consulta!! 🙂

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